Una manada de esquizofrénicos llegó al pueblo.
Éramos los Restrepo y vivíamos en una casa de bareque y barro con techo de paja cerca de la iglesia del pueblo, el Salado, un pueblo bonito y tranquilo, uno de los mejores en la producción del plátano, la yuca y el tabaco. Lo llamaban “la tierra bendita” y pa' qué pero ese sí era un pueblo bien tranquilo donde todos nos conocíamos, no había ningún tipo de odio o envidia por tierras si hubiese llegado a existir pa’eso teníamos la iglesia cerca. Yo vivía con mi hermana menor, se llamaba Viviana y tenía ocho añitos estaba en tercero y le gustaba jugar futbol en la cancha con Carlitos, su mejor amigo. También vivía con Diego, mi hermano mayor, tenía diecinueve años y cargaba bultos de yuca y plátano en una camioneta que se dirigía a las demás veredas o corregimientos para vender, mi mamá y mi papá, Sandra López y Prudencio Restrepo, mi papá era un campesino sembrador de yuca y plátano mientras que mi mamá era una ama de casa dedicada a la familia y al cuidado del hogar. Fernando, el co...