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Mostrando entradas de septiembre, 2022

El animal.

  Solo se escuchaban tres sonidos,el primero, la respiración agitada del repugnante animal, el segundo, las hojas que habían caído días anteriores chasqueando con cada movimiento brusco y el último,un lamento frustrado casi que en silencio, de todos el menos notorio pero el más desgarrador. Una vez que el animal finalizó el acto, se levantó, frotó su manos en la frente para quitarse el sudor, suspiró profundamente, abrochó su pantalón y se echó a mirar la luna mientras que la pequeña presa, medio muerta solo parpadeaba, había quedado paralizada y era tan fuerte el dolor que ya no lo sentía.   El animal se percató del poco tiempo que quedaba y subió los pantaloncitos de la presa que ya conocía esa mirada y ese lunar en el rostro del depredador; inocente, tomó esas manos familiares e hizo su mejor esfuerzo por caminar. Carolina Arana Rojas .